La Vinotinto - de Cenicienta a Reina del Baile en solo una Copa

Es agradablemente sorprendente el efecto Vinotinto en las calles de Venezuela


Soy fanático del fútbol, en mis años de adolecencia, venezuela no figuraba ni de cerca como potencia futbolística. En casa los mundiales eran eventos impelables, veíamos tantos partidos como era posible, y nuestro favorito, por el que moríamos y sufríamos, Brasil. En ese entonces, los partidos de Pelé, su época dorada, la creación de jugadas nuevas, todos los artífices y vistocidad del fútbol estaban en su máxima expresión. Argentina, México y Brasil eran los favoritos, y la fiebre de mundial nos invadía al 100%. Dejar de ver un juego de Brasil, era equivalente a perder un cheque de salario.

Estas semanas, he visto ese mismo entusiasmo, fanatismo y arraigo. Es muy grato sentir de nuevo esa emoción, el sufrimiento con cada gol fallido, la rabia contra el árbitro por un error injustificado, las groserias propias contra el equipo contrario, y sobre todo la gritería con cada gol, y emoción, verdadera emoción y orgullo al ver el desempeño de los jugadores en la cancha.

Ayer fue la máxima expresión de ese fanatismo. Rumbo a mi casa, me encontré con un amigo a quien no veía hace mucho. Fue pura casualidad. Al verme lo primero que me preguntó fue: ¿estas apurado? y de inmediato le respondí: Si, tengo que llegar a mi casa. Hablamos solo unos minutos y seguí mi camino. Al pensar en la respuesta que le dí, no me entendí de inmediato, al fin y al cabo, vivo solo, nadie me espera, las cosas que hago no consumen mucho tiempo, pero TENIA que llegar a mi casa. Pensando un poco mas con detenimiento, me di cuenta de que no era mas que el deseo de llegar rápidamente, para hacer lo cotidiano, y estar tranquilo a la hora del juego.

En la zona donde vivo, el tráfico no es muy amable, hasta las 10 de la noche mas o menos, se oye bastante ruido de carros y transporte público. Ayer cerca de las 8, el ruido había disminuido considerablemente, eran pocos los carros en la calle, y menos aun la cantidad de personas caminando.

La fibre Vinotinto se notaba en Caracas. Enormemente.

Luego del juego, el silencio fue impresionante, el sentimiento de injusticia por no obtener un resultado mas que merecido, se sintió en la cuidad. Fue elocuente el fanático, fue elocuente el hambre de gloria de fútbol que tenemos. Creo que no hubo decepción, hubo tristeza, pero por encima de la tristeza, el orgullo de los logros alcanzados. Cada meta alcanzada por la Vinotinto, la tomamos como propia, no eran 11 en el campo de juego, eran millones detrás del balón.

Nos engrandecimos, crecimos futbolisticamente, aun hay fallas y correcciones que realizar, aun hay que mejorar el juego, perder el miedo y confiar mas, pero las fallas no son el tema de conversación internacionalmente, no nos están mencionando por lo que NO hicimos, nos nombran por lo que alcanzamos, nos están nombrando por los éxitos, porque quedamos INVICTOS, a pesar de no llegar a la final, nos nombran por la resistencia de nuestros jugadores, por lo rápido que nos hemos metido entre los primeros, por haber vencido a equipos de gran talla, por aguantar a grandes y no sentirnos pequeños, nos nombran porque nuestros jugadores están en las filas de los grandes equipos internacionales, porque nos comportamos a la altura aun estándo perdiendo, porque remontamos con todas las apuestas en contra, porque no caemos en las provocaciones del contrario, porque jugamos limpio, porque hacemos goles, pero sobre todo porque orgullosamente, mas que nunca, portamos la camiseta VINOTINTO.

Perú y Paraguay se disputarán la copa, nosotros estaremos de 3ro o 4to lugar, pero en la próxima Copa América, los comentarios no girarán en torno a esas posiciones, la próxima vez que algún comentarista pronuncie la palabra Venezuela o Vinotinto en referencia a fútbol, recordarán lo que hicimos y se snetirán preocupados por nuestro nivel, no por la posición que alcanzamos.

Gracias por leerme.

Comentarios

Alejandro dijo…
Gran articulo.!
La vinotinto, mas que un equipo de futbol, se convirtio en nuestra identidad nacional.

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