Aventuras
Aquellos que me conocen, seguramente sabrán que este escrito no esta basado en experiencias personales, y realmente es así, aunque no tanto, es decir, si pero no, bueno, ustedes entienden ¿cierto?. Me encantaría decir que es el relato de una aventura que tuve, pero no, es una mezcla de muchas cosas, entre ellas imaginación, algunas gotas de realidad, relatos que me han contado, sueños y un poco de fantasía. Una mezcla que espero de buenos frutos y deje buen sabor a ustedes lectores. Ojalá alguno haya tenido algo similar...
Espero lo disfruten (en el buen sentido).
David, un tipo normal. Rondando sus 22, es estudiante en una de nuestras universidades venezolanas ubicadas en Caracas. Como muchos tantos del montón, no destaca, ni se preocupa por hacerlo, es feliz siendo como es, y siendo así es aceptado en su justa medida. Cuando echas un vistazo rápido a David, no notas nada extraordinario, pero cuando lo conoces bien, realmente bien, pues... tampoco. Mas normal que una arepa.
Como muchos, David tiene sus amigos y amigas, compañeros de clase, conocidos, compinches de jugarretas y bromas, estudia una carrera muy popular, promedia entre el promedio, un venezolano como muchos que vive y sobrevive en este país hermoso y complicado.
Carlos en cambio, no es igual que David, pero tampoco es diferente. Son amigos desde los primeros días de universidad, han compartido muchas aventuras, buenos y malos momentos, desventuras y noches de juerga, sin ser los mejores, son de lo mejor.
David vive en Caracas dónde estudia, Carlos, que como la gran mayoría de los estudiantes, esta residenciado en Caracas para poder estudiar, en su Falcón natal no hay suficientes plazas y ofertas de estudio como en Caracas, y por ello se vino a la capital, para hacer la carrera que realmente le gusta. Pronto, como es usual al final de cada período de clases, llegan los días de vacaciones, y como es usual también el día a día universitario entre trabajos, exámenes, pruebas y una que otra distracción (léase "juerga" y/o "bochinche"), no da chance a planear que hacer en los días de vacaciones, ademas, la economía golpea el bolsillo de ambos, pero confían en que algo se va a presentar, y en efecto así sucede, y es allí donde inicia nuestra historia...
Un día antes del inicio del período de vacaciones, Carlos invita a David para que lo acompañe a pasar unos días en Falcón. Allá, aunque con modestia y con la acostumbrada economía recortada, no falta diversión, y en vacaciones siempre surge alguna oportunidad de encontrar chicas, divertirse y tener suerte, si entienden a lo que me refiero. La fórmula perfecta: vacaciones + playa + chicas = diversión.
Carlos aprovecha para pedirle un favor a su pana: invitar a Daniela. Daniela es prima de David, a quien Carlos le había puesto el ojo poco tiempo atrás en un compartir en casa de David. Daniela con su atractivo físico, simpatía y carisma (pero sobre todo el físico), había flechado a Carlos, y siendo ella estudiante en la misma universidad, no tendría la excusa de las clases para negarse. Daniela, a su vez, en días pasados y estando un poco bebida, había confesado a David que Carlos no le era indiferente, así que, estando las cosas de esa manera, con seguridad Daniela aceptaría encantada la invitación de Carlos. Y quien sabe que mas estaría dispuesta a aceptar...
David, aunque seguro de si y sabiendo que de no le faltaría una que otra conquista, prefirió ir a lo seguro y a su vez le pidió a Carlos que contactara a una chica en Falcón (una bien formada y simpática, y de preferencia, fácil), y así ambos estarían acompañados. Un dos pa' dos, y todos contentos.
Un par de días más tarde y sin muchos contratiempos, estaban los 4 disfrutando de buena compañía, bebidas, el sol y las playas de Falcón. David y Daniela estarían en Falcón durante varios días, días de diversión...
Los primeros días transcurren como se espera, mucha música, sol, playas, risas, alcohol, baile, diversión sin faltar los besos, caricias y manos desatadas (sobre todo de ellos) ayudadas por el alcohol. Pero a pesar de las insistencias y la perseverancia de los chicos, las chicas no estaban en plan sexual, y acordaron tácitamente terminar así los días de vacaciones en Falcón. Los chicos, típico, ya desesperaban por ver más acción, no querían terminar así nada mas esas pequeñas vacaciones, necesitaban una merecida retribución a la inversión de tiempo, dinero y atenciones.
La mañana del penúltimo día David y Carlos hablaban de trazar algún plan para satisfacer sus deseos con sus chicas, claro que deseaban que fuese iniciativa de ellas, pero eso no parecía que ocurriría. Sólo había un problema con sus planes: presupuesto. Estaban cortos, mas de lo que hubiesen querido, así que muy a su pesar desistieron de los planes (por el momento al menos) y decidieron pasarla lo mejor posible esa última noche, resignados a su suerte y a su presupesto.
En el desayuno de esa mañana, la mamá de Carlos les hace mención a un show al que deberían ir:
- Sabes Carlos, el Conde del Guácharo se presenta no lejos de aquí. Deberían ir los 4, es su última noche juntos en Falcón.
Carlos la ve, recordando la limitación obvia de dinero:
- Claro mamá, de seguro necesitarán quien limpie al final, aunque así al menos nos vacilamos el show, jajajaja, pero no quisiera que Daniela y Ana (la amiga de Carlos) recuerden su última noche en Falcón de esa manera, fregando platos.
- No es mala idea eso de fregar los platos hijo, pero resulta que la entrada es gratuita.
- Ahhhhhhh claro mamá, así, si!!! Solo tengo una pregunta: ¿quién va a pagar el servicio de whisky 12 años que de seguro nos obligarán a consumir? Que yo sepa el Conde no hace show por deporte...
- Lo sé hijo - dijo la mamá un poco cansada del sarcasmo-, yo lo pago. Yo invito los tragos esta noche.
Por unos instantes, se hizo un silencio que podía aturdir a cualquiera. Carlos, David, Daniela y Ana, levantaron la vista, se vieron entre sí y estallaron en risas.
Al oír la risa la mamá de Carlos los miro a cada uno, casi ofendida, en el acto todos se percatan del mal gusto y paran de reír, y David toma la palabra:
- Perdone si la ofendimos doña, y agradecemos el gesto y todas las atenciones que ha tenido para nosotros en estas vacaciones, pero no es poco dinero del que estamos hablando, no es sólo el servicio, es el traslado, la comida, sería un gasto alto, y aunque nos ayude, nosotros no podemos con el resto, hemos gastado lo que teníamos en estos días. ¿cierto chicos?
Todos responden asintiendo con la cabeza. La señora, inmutable responde:
- No veo cual es el problema. Yo los estoy invitando.
Al instante, la señora saca su bolso y de él un sobre que se notaba abultado, bastante abultado.
Carlos y David con ojos desorbitados, y recordando su conversación anterior, casi no lo pueden creer, y sus cerebros empezaron a trabajar a marchas forzadas, sacando cuentas, contando los billetes de 100 bolívares, sumando, calculando y maquinando el buen uso para todo ese dinero. Esta se podría convertir en una muy buena noche después de todo.
Vieron a las chicas haciendo la respectiva pregunta, y éstas aunque incrédulas asintieron, dando mil y una veces las gracias a la doña. Los cuatro salieron felices a prepararse para esa noche. Carlos y David planearon lo suyo, no podía salir mal.
Ya en la noche, Carlos le pide el carro a su papá para ir mas "cómodos", claro que también así gastarían menos y tendrían mas libertad de acción y elección para sus planes. Las chicas, conversaron al respecto de como terminar la noche, y aunque sus deseos no eran diferentes, decidieron que dejarían las cosas así, era mejor no mezclar el sexo con lo vivido y así se llevarían muy bonitos recuerdos. Ana no estuvo muy de acuerdo, y en secreto pensó en que no desaprovecharía a David si veía la oportunidad.
Salieron los 4, un recorrido no muy largo de una media hora hasta el pueblo donde se presentaría El Conde. Llegaron sin problemas, encontraron una mesa, pidieron su primer servicio de Whisky y brindaron por unos días espectaculares. Los chicos pidieron un shout de Tequila a cada uno, querían embriagar a las chicas cuanto antes.
Luego de varios tragos, y de la llegada del segundo servicio, hace su aparición El Conde, y comienza el show. Las risas no faltaban, Carlos y David rogaban porque no fuese muy largo, las chicas parecían estar bastante animadas y un poco desinhibidas con los chistes calientes de El Conde.
En un receso de El Conde, se les acerca una pareja a la mesa, muy educados y bien vestidos, les pidieron compartir la mesa, ya que no había lugar donde sentarse, y a cambio pagarían la mitad de la cuenta (incluyendo lo ya consumido), los chicos ante tan favorable oferta, consultaron entre si y a las chicas, y todos estuvieron de acuerdo. Al hacer espacio Ana quedó muy cerca de David y Daniela de Carlos, y, claro, ellos estaban aun mas agradecidos. Gabriel y Tania, los recién llegados, se acomodaron, pidieron dos vasos mas, y al tiempo que se reiniciaba el show brindaron como si fuesen amigos desde siempre. Había buena química con los recién llegados.
Pasaron otra hora de risas, roces, besos robados y toques debajo de la mesa, ayudados por otro par de servicios mas que pusieron a todos, incluso a Gabriel y Tania en un alto grado desinhibición. Finalmente el show termina, y se quedan un rato recordando y riendo aun mas. Carlos pide disculpas para ir al baño y deja la mesa. Pocos momentos después, Gabriel hace lo mismo.
En el baño, Gabriel detiene un momento a Carlos:
- Oye, hemos visto que ustedes se están divirtiendo mucho con sus chicas, y Tania y yo queremos hacerles una propuesta a todos. Tenemos una casa no muy lejos de aquí, a unos 15 minutos, y quisiéramos continuar este buen rato con ustedes, tenemos dos o tres botellas del mismo whisky en casa, y podemos pasarla bien.
- A que te refieres con "pasarla bien"? - pregunta Carlos.
- Los mismo que aquí, beber, contar cuentos, estar un poco mas cómodos, cada quien con su pareja, no pretendemos nada raro, solo compañía, se pueden retirar cuando gusten, nada de drogas ni cosas así, y bueno la noche aun es joven...
- Mmmmm, ok, hagamos esto. Terminemos este servicio, pagamos la mitad como acordamos, y cuando salgamos converso con mis amigos. Ustedes nos esperan en su carro, y les avisamos.
- Estoy de acuerdo.
Salieron del baño cada quien por su lado y regresaron a la mesa donde todos reían y disfrutaban. David notó una seña que no entendió, pero Carlos le dijo que luego hablarían.
Al salir del local, Carlos detiene a todos y les cuenta la propuesta de Gabriel y Tania. Por unos instantes todos desconfiaron, pero luego recordaron lo bien que la pasaron y que no parecían gente peligrosa, además eran 4 y ellos solo 2, solo bastarían algunas condiciones para estar seguros. Así que van al carro donde Gabriel y Tania esperaban, y Carlos les dice:
- Ok amigos, aceptamos su oferta con algunas condiciones: todas las puertas deben permanecer sin llave, para que podamos salir cuando queramos; solo iremos a su casa, si hay alguien mas allá, nos vamos; y lo que vayamos a beber debe estar sellado de fábrica y nosotros lo abrimos y lo tenemos a la vista siempre
- Vaya vaya amigos, son muy precavidos, pero es entendible. Esta bien, aceptamos sus condiciones, aunque son innecesarias, los guiaremos a casa.
Al poco rato, llegan a casa de Gabriel y Tania, Carlos conoce la zona, y calmó a todos porque sabía que era una zona tranquila, de gente con buena posición económica, Ana estuvo de acuerdo con Carlos, así que los temores quedaron atrás, y todos pensaron que de seguro sería una noche para recordar. Al llegar, Gabriel sacó dos botellas de etiqueta negra, las colocó en la mesa, suficientes vasos y mucho hielo. David sirvió los tragos y brindaron. Poco tiempo después la desconfianza desapareció, con música y muchas risas, todos estaban pasando un buen rato. Las dos botellas desaparecieron, y aparecieron otras dos mas.
Carlos, un poco aburrido y queriendo un poco mas de acción, propone un juego:
- Gabriel, ¿tienes un mazo de cartas?
- Si, por allí debo tener uno, ¿porque?
- Mmmm, propongo hacer algo mas divertido, si todos están de acuerdo
- ¿Qué propones? - dice Tania
- Algo parecido al Strip Poker, pero mas simple
- ¿Ah si? A ver, dinos como es - dice Ana
- Simple, cada uno toma 3 cartas, puede desechar o cambiar una carta, intentando llegar a 21 con ellas, no importa que número tengas, gana o ganan los que estén mas cerca de 21 o quienes tengan 21. Por ejemplo si yo tengo 20 y alguien mas tiene 22, ambos ganan porque estamos a un punto de 21. El o los que tengan 21 ganan, los demás pierden. Así siempre hay al menos un ganador.
- Ok, y los perdedores que hacen? - Pregunta Daniela
Todos ríen al notar la inocencia de Daniela, y Carlos responde:
- Los perdedores deben quitarse una prenda de ropa
- Mmmmm ok, interesante - responde Daniela con una mirada de satisfacción y picardía que no había mostrado antes.
Todos se preparan y comienzan a jugar. El primero en ganar es Tania, luego Daniela y Daniel, Gabriel, Tania de nuevo. Se veían los zapatos, medias, incluso trenzas de zapato como prendas, poco a poco fueron quedando con pocas prendas, casi todos estaban en ropa íntima, solo Daniel conservaba aun sus pantalones y Gabriel su camisa e interiores, el resto solo tenia una o dos prendas. En ese punto, Daniel hace una nueva propuesta:
- Que les parece amigos si hacemos esto mas interesante. El mismo juego con las mismas reglas, pero ahora en vez de una prenda de los perdedores, que tal si el ganador elige a una persona para una penitencia. Con estas condiciones: La penitencia no puede incluir a quien la solicita, o sea, el ganador no participa, solo pone la penitencia; debe pedir que alguien haga algo o le haga algo a un tercero; cualquiera puede negarse a hacer o a solicitar una penitencia, pero todo el que se niegue debe tomar un shout de whisky o tequila si hay.
Todos se vieron entre si, mirando la poca ropa que quedaba, la cantidad de alcohol que habían consumido, el nivel de desinhibición y de confianza que sentían, abrían un abanico de oportunidades que no habían experimentado antes. Carlos, solo con una mirada, felicitó a su pana por la idea, a sabiendas que la complicidad entre ambos rendiría muchos y muy buenos frutos para ambos. Ambos miraron a Gabriel y notaron que él también estaba satisfecho con la propuesta, solo faltaban ellas, debía ser unánime la aceptación para que funcionara. Daniela solo pensaba en hasta donde sería capaz de llegar, ya imaginaba que le pedirían los chicos, pero no imaginada que podrían pedirle Ana y Tania, un susto en tu estómago recorrió todo su cuerpo, la hizo erizar pensando en las posibilidades, pero, sorprendentemente para ella misma, sintió una enorme ola de excitación que la erizó aun mas, pudo imaginar acciones y posiciones que en otro momento la harían avergonzarse, pero en cambio estaba sonriendo con las posibilidades, y su respuesta fue un definitivo y sonoro "estoy de acuerdo". Ana, al escuchar a Daniela y mirar su rostro, no pudo contener su sorpresa, no menos sorprendida y erizada que ella respondió con un tono de risa y excitación "ya que tu quieres, yo te ayudo. Cuenten conmigo". Ambas rieron recordando a penas su conversación de la mañana y sabiendo que se apoyarían la una a la otra, sería muy divertido. Tania, que a penas tenia su bikini y a duras penas lograba tapar sus abultados senos con los brazos, dejó salir un estruendoso "siiiiiii" al tiempo que abría sus brazos al aire dejando sus senos a la vista de todos.
Todos gritaron, excitados y emocionados por lo que vendría a continuación.
Lo ocurrido no decepcionó a nadie, seis personas con mucho alcohol, mucha imaginación y nada de vergüenza, disfrutaron a su manera de la mejor noche que se pueda imaginar en esas condiciones. Lo que demuestra que solo se necesita un poco de aventura, buena compañía y un ligero empujón para dar rienda suelta a ese animal instintivo que todos llevamos dentro y que mucho o poco dejamos salir de vez en cuando.
¿Y luego?
A la mañana siguiente, Daniel es el primero en despertar, con el típico malestar del exceso de bebidas, sorprendido porque hay demasiada luz, y el calor lo esta matando. Cuando finalmente logra abrir sus ojos, a penas logra ver algo, hay demasiada claridad, y confundido, a penas recuerda lo sucedido, intenta pensar, pero el malestar no lo ayuda para nada, se incorpora un poco, o al menos lo intenta, solo para sentirse aun mas confundido, no solo no está en la cama donde había dormido los últimos días en casa de Carlos, sino que ni siquiera esta en la habitación, de hecho no está en ninguna habitación, ni siquiera está en una cama, aturdido y aun un poco ebrio, siente algo como arena en las manos. ¿Arena? ¿De donde? se incorpora un poco mas, solo para darse cuenta que la claridad proviene del sol que le da en los ojos, logra escuchar las olas bastante cerca, incluso puede oler el agua salada, y de pronto se da cuenta de que se encuentra en una playa. Había dormido en una playa, su única prenda de vestir era un condón que aun le colgaba, logra levantarse, y ve que Carlos, Ana y Daniela están cerca de él, y de todos, él es quien tiene mas ropa puesta. El carro esta a la vista, pero no logra recordar nada más allá de la cuarta o quinta botella.
Cuando toma un poco de conciencia, nota que todos están desnudos, Ana y Daniela están muy cerca de él, Carlos no muy lejos. Abrumado los despierta a todos, y luego que todos toman mas o menos conciencia de la situación, tienen la misma sensación: no saben exactamente que ha pasado. No recuerdan mucho, solo saben que hubo mucho sexo, pero no saben de quién con quién, un pensamiento nada agradable.
Se quedan allí un rato, sin ropa, atando cabos, pero se dan cuenta de que es muy poco lo que han logrado reconstruir, agradecen que estén a salvo, con el carro del papá de Carlos, sus ropas, dinero y pertenencias están todas completas, y ninguno recuerda mas allá de las 2 o 3 de la mañana, a pesar de que ya pasan de las 12 del medio día. Acuerdan lo mejor posible, solo contar que se quedaron dormidos en el carro luego de show del Conde, y se perdieron al regreso.
David y Daniela siempre quedaron con la duda de que pudieron haber hecho ambos, siendo primos nunca habían pasado algo así, y claro que sus familias no se enterarían de lo sucedido, sería un recuerdo que ambos quisieran no tener. Gracias a la evidencia de los condones sus miedos son menores, pero aun deberán esperar unas semanas, para estar seguros de que no hubo consecuencias mas allá de una noche de aventura, alcohol y desenfreno.
Gracias por leerme
Todos gritaron, excitados y emocionados por lo que vendría a continuación.
Lo ocurrido no decepcionó a nadie, seis personas con mucho alcohol, mucha imaginación y nada de vergüenza, disfrutaron a su manera de la mejor noche que se pueda imaginar en esas condiciones. Lo que demuestra que solo se necesita un poco de aventura, buena compañía y un ligero empujón para dar rienda suelta a ese animal instintivo que todos llevamos dentro y que mucho o poco dejamos salir de vez en cuando.
¿Y luego?
A la mañana siguiente, Daniel es el primero en despertar, con el típico malestar del exceso de bebidas, sorprendido porque hay demasiada luz, y el calor lo esta matando. Cuando finalmente logra abrir sus ojos, a penas logra ver algo, hay demasiada claridad, y confundido, a penas recuerda lo sucedido, intenta pensar, pero el malestar no lo ayuda para nada, se incorpora un poco, o al menos lo intenta, solo para sentirse aun mas confundido, no solo no está en la cama donde había dormido los últimos días en casa de Carlos, sino que ni siquiera esta en la habitación, de hecho no está en ninguna habitación, ni siquiera está en una cama, aturdido y aun un poco ebrio, siente algo como arena en las manos. ¿Arena? ¿De donde? se incorpora un poco mas, solo para darse cuenta que la claridad proviene del sol que le da en los ojos, logra escuchar las olas bastante cerca, incluso puede oler el agua salada, y de pronto se da cuenta de que se encuentra en una playa. Había dormido en una playa, su única prenda de vestir era un condón que aun le colgaba, logra levantarse, y ve que Carlos, Ana y Daniela están cerca de él, y de todos, él es quien tiene mas ropa puesta. El carro esta a la vista, pero no logra recordar nada más allá de la cuarta o quinta botella.
Cuando toma un poco de conciencia, nota que todos están desnudos, Ana y Daniela están muy cerca de él, Carlos no muy lejos. Abrumado los despierta a todos, y luego que todos toman mas o menos conciencia de la situación, tienen la misma sensación: no saben exactamente que ha pasado. No recuerdan mucho, solo saben que hubo mucho sexo, pero no saben de quién con quién, un pensamiento nada agradable.
Se quedan allí un rato, sin ropa, atando cabos, pero se dan cuenta de que es muy poco lo que han logrado reconstruir, agradecen que estén a salvo, con el carro del papá de Carlos, sus ropas, dinero y pertenencias están todas completas, y ninguno recuerda mas allá de las 2 o 3 de la mañana, a pesar de que ya pasan de las 12 del medio día. Acuerdan lo mejor posible, solo contar que se quedaron dormidos en el carro luego de show del Conde, y se perdieron al regreso.
David y Daniela siempre quedaron con la duda de que pudieron haber hecho ambos, siendo primos nunca habían pasado algo así, y claro que sus familias no se enterarían de lo sucedido, sería un recuerdo que ambos quisieran no tener. Gracias a la evidencia de los condones sus miedos son menores, pero aun deberán esperar unas semanas, para estar seguros de que no hubo consecuencias mas allá de una noche de aventura, alcohol y desenfreno.
Gracias por leerme
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