Segundo de los Viejitos
Siguiendo la onda de recopilación, les dejo para que lean este escrito, no se si de los mejores, pero al menos uno de los que mas sentimiento me mueve, dedicado a una persona, aunque no haya podido leerla.
Fue escrito el 29 de agosto del 2005
Espero les agrade
16 años después - Gibraltar
¿Cuántos son 16 años? ¿Puedes imaginar todo lo que ha cambiado, o todo lo que has cambiado en tu vida en los últimos 16 años?
¿Imaginaste hace 16 años estar exactamente donde estás ahora? ¿Lo planeaste así, o fue una conjugación entre sucesos aleatorios y voluntad propia?
Hace 16 años, una computadora en casa era poco menos que un sueño, artículos tan costosos y complejos que muy pocas personas conocían personalmente, muchas menos las que tenían una, y aun muchas menos las que las entendían.
Hace 16 años, los discman, los pendrive, las redes inalámbricas, teléfonos celulares, internet eran desconocidos, o estaban en manos de unos pocos.
Y no solo la tecnología ha cambiado de manera drástica, con ella la forma de vivir y ver la vida de muchas personas, el sida por ejemplo, era una enfermedad rara que solo la tenían los monos africanos, decir cáncer era sinónimo de entierro, era muy poco lo que se podía hacer en su contra, a parte de una operación para extirparlo antes de que hubiese metástasis, e incluso las herramientas de diagnóstico no eran exactas, y detectar una metástasis, o el tamaño mismo del tumor, eran tareas complicadas.
¿Cuántos de ustedes tienen hermanos, primos, sobrinos, amigos o conocidos de una edad aproximada de 21 años, cuyos padres, ambos, estén vivos, completamente sanos? Algunos seguramente. Ahora imagina,
por un instante y sin querer ser fatalista, ni mucho menos desearle mal a alguien, imagina que uno de sus padres desaparece, en cuestión de un mes, no por un accidente o algo parecido, imagina que se entera que su padre o madre tiene una enfermedad, de cual poco se conoce, y que solo hay una salida que podría, dentro de una pobabilidad de un 50%, salvarle la vida. Si no se opera, seguro morirá, si se opera, existe el riesgo de toda operación, pero podría continuar viviendo.
50 - 50.
¿Puedes hacerte una idea de cómo reaccionaría ante la noticia? ¿Cómo crees que podría enfrentarla? Agregale a eso que, por consejo médico, y de sus hermanos y su padre o madre sano, no puede comentarle nada al enfermo. Claro, no está solo, su madre (suponiendo que sea el padre el enfermo) está con esa persona, sus hermanos, casi todos mayores, saben la noticia. No tiene que llevar el saco a cuestas por si solo, tiene en quien apoyarse, pero su padre, es el proveedor de casa, es quien trabaja, quien sabe como resolverlo todo, quien tiene la sabiduría para tomar las desiciones importantes, dentro de su familia e incluso ayudarlo a encontrar el camino a seguir para ser un profesional, es la roca sobre la cual todos se apoyan cuando lo
requieren. Su padre, aun sin ser el centro de atención, sin opacar a su madre en las tareas diarias de la crianza de una familia numerosa, de lidiar día a día con cada uno de los problemas caseros, profesionales, personales y familiares, siendo sólo un ser humano, es, para muchos, esa persona necesaria en cada hogar. Es su piedra de
Gibraltar, su castillo, su fortaleza, su refugio. Y aunque parezca increíble, ese chico de 21 años, no lo sabe. Aun no. Tardará años en saberlo.
La Noticia
Pasa una semana de ese día negro en que se pronunció la palabra cáncer. En casa solo hay unos pocos, mamá, papá, una hermanita y eventualmente 2 hermanas mayores, además por supuesto del chico de 21
años. Todo parece seguir su curso normal, la hermanita sigue asistiendo normalmente a la escuela, ella no tiene idea y aun no ha oído aquella mala palabra "cáncer", las 2 mayores lo saben, pero tratan de ocultarlo lo mejor posible, mamá esta sumamente sensible e irritable, hay que portarse bien, y estar en casa como un ratoncito en noche buena. Todo parece normal, pero en realidad nada es igual. Todo ha cambiado, pero no lo parece. Ha cambiado demasiado.
Pasa una semana más, 21 años ya sabe que su papá está enterado de todo, lo sabía incluso antes de que el médico diera su diagnóstico, estaba al tanto desde hacía mucho tiempo, pero no quería preocupar a nadie. Aunque no tenía la certeza, el simple hecho de que el médico ordenara una serie de exámenes específicos, le dió la noticia a él, confirmó sus sospechas. Estoy seguro de que a él le hubiese gustado que nadie se enterara, pero era tarde, ya lo sabían todos, excepto hermanita menor, y algunos familiares lejanos. Abuelas, tíos, primos, hijos cercanos, todos lo sabían.
¿Qué hacer?
La pregunta entonces fue: ¿qué opciones hay? De esas opciones, ¿cuales son las que ofrecen mayores esperanzas? Y la más importante: ¿qué quiere hacer él? Todas las preguntas se hicieron, todas generaron
polémicas e incluso pleitos, discusiones, noches largas de hablar y conversar, de convencer, ofrecer y prometer, no es extraño que así haya sucedido, ante tales acontecimientos los ánimos están caldeados, y los sentimientos a flor de piel. Teléfonos suenan a media noche, a medio día, media mañana, a toda hora. Ahora si se nota que todo ha cambiado. Pero no se nota la magnitud del cambio.
Operar
Luego de tanto llamar y de tantas horas, se decide lo que es más conveniente, con el consentimiento de Gibraltar: operar. Gibraltar, conocedor de las condiciones en las que se encuentra la familia económicamente, pide, o decide por la opción más económica: hospital. Hay resistencia, pero ¿quién mueve la piedra de Gibraltar? Su fuerza se impone, se fija el día de ingreso, la fecha y hora de operar, se determinan las condiciones. Unas pocas horas antes, en vista de las condiciones poco convincentes del hospital elegido (único posible para ese tipo de operaciones en las cercanías), salen a la luz los desacuerdos escondidos por la imposición de Gibraltar, se habla con el corazón en la mano y relucen a todo pulmón las frases "no me gusta este hospital, pero si es tu decisión, yo me quedo contigo, así sea durmiendo en el suelo", salidas de muchas bocas, y muchos ojos húmedos, tantos y tan húmedos que hicieron que Gibraltar dejara caer, voluntariamente un pequeño trozo, el único que 21 años vió caer de esa manera, de hecho el único que vió caer alguna vez.
Con más ánimo, con más fuerza, viendo mucho más amor del que imaginaba a su alrededor, Gibraltar fue movido, con facilidad a condiciones mucho mejores, lejos del primero, pero en el mismo inexorable camino.
Hay una nueva fecha, nuevos exámenes, nuevo médico. Más comodidad, mejor atención, con el mismo amor a su alrededor, pero con el mismo problema interno, la misma preocupación. Esa preocupación, ese temor,
le dijo que hacer, tomó las decisiones que debía tomar, y firmó justo en la línea, las veces que fue necesario, y aunque continuaba enfermo, se sentia más tranquilo, menos preocupado por el futuro, no del suyo, de los suyos.
El Día
Llega el día esperado, anestesiado, 21 años lo ve pasar, no parece el mismo, pero lo es, y solo alcanza a rozar su mano al pasar. Las puertas de acero inoxidable le cierran el paso a todos aquellos que deseaban no quitar su vista de Gibraltar. Sólo una de ellos tiene permiso para entrar, es estudiante de medicina, y promete mantener al tanto de todo lo que acontezca dentro del acero inoxidable.
Fueron muchas horas, más de las pautadas inicialmente por los expertos en el área, finalmente estudiante de medicina asoma su cabeza. Trae noticias, buenas y malas. Las malas son que lo encontrado era aun mayor a lo esperado, la buena es que lo han sacado completo, pero a un alto costo: casi un pulmón y medio. A Gibraltar le esperan días duros, de acondicionarse a su nueva capacidad pulmonar disminuida, pero aún así podrá hacer casi todo a lo que estaba acostumbrado. Tendrá sus limitaciones, pero puede superarlas poco a poco, con paciencia y constancia. Todos los rostros se iluminan por aquella noticia, son buenas noticias despues de todo.
Aunque no se acostumbra, dejaron que estudiante y mamá pasaran a verlo, solo ellas, en terapia intensiva no hay mucho espacio, y es muy delicado. Era lunes cuando entró, martes cuando terminó la operación, y habría que esperar hasta el viernes para ver como evoluciona. Por suerte el jueves era festivo, así que todos decidieron continuar el martes con sus actividades, y estar pendientes de todo. 21 años retornó a sus estudios martes y miércoles, estaba muy lejos para viajar día a día, pero el teléfono de casa acortaba esa distancia un poco, así sabía exactamente que sucedía todo el tiempo. Cuando llega el miércoles, decide ir a pasar el dia festivo al lado de los demás, tal vez Gibraltar habría preguntado por él, era mejor estar allá, y no aquí.
La Petición
Al llegar se entera de algo que no le habían comentado, Gibraltar lo había pedido así. Aun y cuando le cuentan lo que sucede, 21 años no lo comprende del todo, quería ver, pero no era posible aun, habría que esperar un poco, solo una persona a la vez, y la cola era larga, muchos miembros de la familia estaban allí, acompañándolo, mamá no había salido sino a lo estrictamente necesario, había permanecido a su lado todos estos días. Mientras espera, 21 años se entretiene con hermanita menor, ella comprende aun menos que él, y aunque está mas enterada por haber estado allí todo el tiempo, no sabe como explicarlo.
Hace rato que es de noche, ya no es miércoles, y aunque la cola es larga, los médicos permiten a varias personas entrar: !qué suerte!, la oportunidad que 21 años esperaba. Antes de entrar se entera de que fue Gibraltar quien lo pidió, los quiere a todos allí dentro, a todos, pero no todos entran, solo algunos, y por supuesto que allí se encuentra mamá al lado de Gibraltar, había estado allí sin moverse las últimas 12 horas al menos. Al entrar 21 años observa y puede percatarse de lo que le habían dicho, ahora puede entenderlo, Gibraltar tenía una pierna casi morada, la frase "desprendimiento de coágulo" tomó sentido y pudo ver las consecuencias, pero eso no le impediría nada a Gibraltar, se sobrepondría. Así que le toma la mano, para que sepa que allí está, Gibraltar lo ve y le devuelve el gesto con un apretón, uno muy fuerte. A los pocos minutos de estar allí, 21 años empieza a darse cuenta de lo que sucede, no es médico, pero conoce un poco de los aparatos de medicina, y de algunas señales de las personas que están allí, poco a poco, en un tiempo que pareció eterno, ve como el contador de latidos cuenta cada vez menos. Aún y cuando sabe que es lo que sucede, no es capaz de darle crédito, no se mueve, no habla, no quita la mirada del dichoso contador....
Inevitable
La muerte es un suceso extraño, nos cambia a todos, nos hace ir por caminos que no sabiamos que existían. Nos abre los ojos a una verdad, que aunque sabíamos, no admitíamos saberla. Nos golpea, nos debilita, pero al mismo tiempo nos hace más fuertes y decididos, nos obliga a reflexionar. Esta en nosotros aprovechar o desperdiciar esas reflexiones.
Gibraltar sigue y seguirá siendo el Gibraltar que fue, pero 21 años es ahora muy diferente, no solo porque ya no tiene 21 años, sino porque los caminos que recorre lo hace recordando siempre a Gibraltar, a ese contador, a hermanita menor, a estudiante de medicina, y a muchos otros que no he mencionado. Lo sucedido no puede cambiarse, pero podemos cambiar por lo sucedido.
21 años jamás pensó escribir algo como esto, 16 años después.
Gracias por leerme
Fue escrito el 29 de agosto del 2005
Espero les agrade
16 años después - Gibraltar
¿Cuántos son 16 años? ¿Puedes imaginar todo lo que ha cambiado, o todo lo que has cambiado en tu vida en los últimos 16 años?
¿Imaginaste hace 16 años estar exactamente donde estás ahora? ¿Lo planeaste así, o fue una conjugación entre sucesos aleatorios y voluntad propia?
Hace 16 años, una computadora en casa era poco menos que un sueño, artículos tan costosos y complejos que muy pocas personas conocían personalmente, muchas menos las que tenían una, y aun muchas menos las que las entendían.
Hace 16 años, los discman, los pendrive, las redes inalámbricas, teléfonos celulares, internet eran desconocidos, o estaban en manos de unos pocos.
Y no solo la tecnología ha cambiado de manera drástica, con ella la forma de vivir y ver la vida de muchas personas, el sida por ejemplo, era una enfermedad rara que solo la tenían los monos africanos, decir cáncer era sinónimo de entierro, era muy poco lo que se podía hacer en su contra, a parte de una operación para extirparlo antes de que hubiese metástasis, e incluso las herramientas de diagnóstico no eran exactas, y detectar una metástasis, o el tamaño mismo del tumor, eran tareas complicadas.
¿Cuántos de ustedes tienen hermanos, primos, sobrinos, amigos o conocidos de una edad aproximada de 21 años, cuyos padres, ambos, estén vivos, completamente sanos? Algunos seguramente. Ahora imagina,
por un instante y sin querer ser fatalista, ni mucho menos desearle mal a alguien, imagina que uno de sus padres desaparece, en cuestión de un mes, no por un accidente o algo parecido, imagina que se entera que su padre o madre tiene una enfermedad, de cual poco se conoce, y que solo hay una salida que podría, dentro de una pobabilidad de un 50%, salvarle la vida. Si no se opera, seguro morirá, si se opera, existe el riesgo de toda operación, pero podría continuar viviendo.
50 - 50.
¿Puedes hacerte una idea de cómo reaccionaría ante la noticia? ¿Cómo crees que podría enfrentarla? Agregale a eso que, por consejo médico, y de sus hermanos y su padre o madre sano, no puede comentarle nada al enfermo. Claro, no está solo, su madre (suponiendo que sea el padre el enfermo) está con esa persona, sus hermanos, casi todos mayores, saben la noticia. No tiene que llevar el saco a cuestas por si solo, tiene en quien apoyarse, pero su padre, es el proveedor de casa, es quien trabaja, quien sabe como resolverlo todo, quien tiene la sabiduría para tomar las desiciones importantes, dentro de su familia e incluso ayudarlo a encontrar el camino a seguir para ser un profesional, es la roca sobre la cual todos se apoyan cuando lo
requieren. Su padre, aun sin ser el centro de atención, sin opacar a su madre en las tareas diarias de la crianza de una familia numerosa, de lidiar día a día con cada uno de los problemas caseros, profesionales, personales y familiares, siendo sólo un ser humano, es, para muchos, esa persona necesaria en cada hogar. Es su piedra de
Gibraltar, su castillo, su fortaleza, su refugio. Y aunque parezca increíble, ese chico de 21 años, no lo sabe. Aun no. Tardará años en saberlo.
La Noticia
Pasa una semana de ese día negro en que se pronunció la palabra cáncer. En casa solo hay unos pocos, mamá, papá, una hermanita y eventualmente 2 hermanas mayores, además por supuesto del chico de 21
años. Todo parece seguir su curso normal, la hermanita sigue asistiendo normalmente a la escuela, ella no tiene idea y aun no ha oído aquella mala palabra "cáncer", las 2 mayores lo saben, pero tratan de ocultarlo lo mejor posible, mamá esta sumamente sensible e irritable, hay que portarse bien, y estar en casa como un ratoncito en noche buena. Todo parece normal, pero en realidad nada es igual. Todo ha cambiado, pero no lo parece. Ha cambiado demasiado.
Pasa una semana más, 21 años ya sabe que su papá está enterado de todo, lo sabía incluso antes de que el médico diera su diagnóstico, estaba al tanto desde hacía mucho tiempo, pero no quería preocupar a nadie. Aunque no tenía la certeza, el simple hecho de que el médico ordenara una serie de exámenes específicos, le dió la noticia a él, confirmó sus sospechas. Estoy seguro de que a él le hubiese gustado que nadie se enterara, pero era tarde, ya lo sabían todos, excepto hermanita menor, y algunos familiares lejanos. Abuelas, tíos, primos, hijos cercanos, todos lo sabían.
¿Qué hacer?
La pregunta entonces fue: ¿qué opciones hay? De esas opciones, ¿cuales son las que ofrecen mayores esperanzas? Y la más importante: ¿qué quiere hacer él? Todas las preguntas se hicieron, todas generaron
polémicas e incluso pleitos, discusiones, noches largas de hablar y conversar, de convencer, ofrecer y prometer, no es extraño que así haya sucedido, ante tales acontecimientos los ánimos están caldeados, y los sentimientos a flor de piel. Teléfonos suenan a media noche, a medio día, media mañana, a toda hora. Ahora si se nota que todo ha cambiado. Pero no se nota la magnitud del cambio.
Operar
Luego de tanto llamar y de tantas horas, se decide lo que es más conveniente, con el consentimiento de Gibraltar: operar. Gibraltar, conocedor de las condiciones en las que se encuentra la familia económicamente, pide, o decide por la opción más económica: hospital. Hay resistencia, pero ¿quién mueve la piedra de Gibraltar? Su fuerza se impone, se fija el día de ingreso, la fecha y hora de operar, se determinan las condiciones. Unas pocas horas antes, en vista de las condiciones poco convincentes del hospital elegido (único posible para ese tipo de operaciones en las cercanías), salen a la luz los desacuerdos escondidos por la imposición de Gibraltar, se habla con el corazón en la mano y relucen a todo pulmón las frases "no me gusta este hospital, pero si es tu decisión, yo me quedo contigo, así sea durmiendo en el suelo", salidas de muchas bocas, y muchos ojos húmedos, tantos y tan húmedos que hicieron que Gibraltar dejara caer, voluntariamente un pequeño trozo, el único que 21 años vió caer de esa manera, de hecho el único que vió caer alguna vez.
Con más ánimo, con más fuerza, viendo mucho más amor del que imaginaba a su alrededor, Gibraltar fue movido, con facilidad a condiciones mucho mejores, lejos del primero, pero en el mismo inexorable camino.
Hay una nueva fecha, nuevos exámenes, nuevo médico. Más comodidad, mejor atención, con el mismo amor a su alrededor, pero con el mismo problema interno, la misma preocupación. Esa preocupación, ese temor,
le dijo que hacer, tomó las decisiones que debía tomar, y firmó justo en la línea, las veces que fue necesario, y aunque continuaba enfermo, se sentia más tranquilo, menos preocupado por el futuro, no del suyo, de los suyos.
El Día
Llega el día esperado, anestesiado, 21 años lo ve pasar, no parece el mismo, pero lo es, y solo alcanza a rozar su mano al pasar. Las puertas de acero inoxidable le cierran el paso a todos aquellos que deseaban no quitar su vista de Gibraltar. Sólo una de ellos tiene permiso para entrar, es estudiante de medicina, y promete mantener al tanto de todo lo que acontezca dentro del acero inoxidable.
Fueron muchas horas, más de las pautadas inicialmente por los expertos en el área, finalmente estudiante de medicina asoma su cabeza. Trae noticias, buenas y malas. Las malas son que lo encontrado era aun mayor a lo esperado, la buena es que lo han sacado completo, pero a un alto costo: casi un pulmón y medio. A Gibraltar le esperan días duros, de acondicionarse a su nueva capacidad pulmonar disminuida, pero aún así podrá hacer casi todo a lo que estaba acostumbrado. Tendrá sus limitaciones, pero puede superarlas poco a poco, con paciencia y constancia. Todos los rostros se iluminan por aquella noticia, son buenas noticias despues de todo.
Aunque no se acostumbra, dejaron que estudiante y mamá pasaran a verlo, solo ellas, en terapia intensiva no hay mucho espacio, y es muy delicado. Era lunes cuando entró, martes cuando terminó la operación, y habría que esperar hasta el viernes para ver como evoluciona. Por suerte el jueves era festivo, así que todos decidieron continuar el martes con sus actividades, y estar pendientes de todo. 21 años retornó a sus estudios martes y miércoles, estaba muy lejos para viajar día a día, pero el teléfono de casa acortaba esa distancia un poco, así sabía exactamente que sucedía todo el tiempo. Cuando llega el miércoles, decide ir a pasar el dia festivo al lado de los demás, tal vez Gibraltar habría preguntado por él, era mejor estar allá, y no aquí.
La Petición
Al llegar se entera de algo que no le habían comentado, Gibraltar lo había pedido así. Aun y cuando le cuentan lo que sucede, 21 años no lo comprende del todo, quería ver, pero no era posible aun, habría que esperar un poco, solo una persona a la vez, y la cola era larga, muchos miembros de la familia estaban allí, acompañándolo, mamá no había salido sino a lo estrictamente necesario, había permanecido a su lado todos estos días. Mientras espera, 21 años se entretiene con hermanita menor, ella comprende aun menos que él, y aunque está mas enterada por haber estado allí todo el tiempo, no sabe como explicarlo.
Hace rato que es de noche, ya no es miércoles, y aunque la cola es larga, los médicos permiten a varias personas entrar: !qué suerte!, la oportunidad que 21 años esperaba. Antes de entrar se entera de que fue Gibraltar quien lo pidió, los quiere a todos allí dentro, a todos, pero no todos entran, solo algunos, y por supuesto que allí se encuentra mamá al lado de Gibraltar, había estado allí sin moverse las últimas 12 horas al menos. Al entrar 21 años observa y puede percatarse de lo que le habían dicho, ahora puede entenderlo, Gibraltar tenía una pierna casi morada, la frase "desprendimiento de coágulo" tomó sentido y pudo ver las consecuencias, pero eso no le impediría nada a Gibraltar, se sobrepondría. Así que le toma la mano, para que sepa que allí está, Gibraltar lo ve y le devuelve el gesto con un apretón, uno muy fuerte. A los pocos minutos de estar allí, 21 años empieza a darse cuenta de lo que sucede, no es médico, pero conoce un poco de los aparatos de medicina, y de algunas señales de las personas que están allí, poco a poco, en un tiempo que pareció eterno, ve como el contador de latidos cuenta cada vez menos. Aún y cuando sabe que es lo que sucede, no es capaz de darle crédito, no se mueve, no habla, no quita la mirada del dichoso contador....
Inevitable
La muerte es un suceso extraño, nos cambia a todos, nos hace ir por caminos que no sabiamos que existían. Nos abre los ojos a una verdad, que aunque sabíamos, no admitíamos saberla. Nos golpea, nos debilita, pero al mismo tiempo nos hace más fuertes y decididos, nos obliga a reflexionar. Esta en nosotros aprovechar o desperdiciar esas reflexiones.
Gibraltar sigue y seguirá siendo el Gibraltar que fue, pero 21 años es ahora muy diferente, no solo porque ya no tiene 21 años, sino porque los caminos que recorre lo hace recordando siempre a Gibraltar, a ese contador, a hermanita menor, a estudiante de medicina, y a muchos otros que no he mencionado. Lo sucedido no puede cambiarse, pero podemos cambiar por lo sucedido.
21 años jamás pensó escribir algo como esto, 16 años después.
Gracias por leerme
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