Toda mujer es madre

Tal vez estas líneas estén mas acorde al día de la madre que al día de la mujer, pero son igualmente válidas, y bueno, no quiero esperar al día de la madre para enviarlo o publicarlo, al fin y al cabo considero que la fecha es menos relevante que el contenido.

Ser mujer es sinónimo de ser madre, incluso sin tener hijos. Toda mujer es inherentemente madre, a algunas hay que agregarles el prefijo "coñodesu", pero igualmente son madres. Me explico. En la educación tradicional, al menos en Venezuela, y en la época en la que yo la recibí, me enseñaron que para ser madre era necesario tener al menos un hijo. 

Con el tiempo, pude darme cuenta que la maternidad es mucho mas que parir, de hecho, en mi concepción, parir es solo un acto necesario e involuntario posterior a embarazarse, pero ese mismo acto no convierte a una mujer en madre, solo en progenitora. 

Con el tiempo el concepto de madre se amplia tanto que me tomaría mucho tiempo describirlo, pero lo puedo resumir así: 

- Entregar amor incondicional, sin esperar nada a cambio 
- Educar a otra persona con la única intención de hacerla un mejor ser humano 
- Cuidar y proteger a otro ser humano, solo para evitarle daño, dolor o sufrimiento 
- Alimentar a otro ser humano, aun a costa de no alimentarse así mismo 

Esas son solo algunas de las que puedo enumerar. 

Yo tengo la dicha de haber encontrado a una mujer que no solo es mi progenitora, sino también mi madre, quien me dió todo lo anterior y mucho mas. Su educación y cuidados hicieron mucho por mi, aunque muchas veces dudé que lo hiciera con esa intención.

Pero dios me bendijo trayendo a mi vida a otra mujer que también es mi madre, porque aun en su silenciosa presencia, y aun sin saberlo, me enseñó mucho, me cuidó, y para mi, y sin minimizar lo que mi madre hizo por mi, ella se convirtió en mi segunda madre. Por ello le estaré siempre agradecido. 

Es así que Dios me bendijo con dos mujeres a quienes las circunstancias, sus acciones, su actuar y su sentir, fueron, son y serán mis madres. 

Mas tarde, y no por eso menos, Dios me bendice nuevamente, ahora con mi compañera de andares y desandares, a quien conocí mujer y la vi transformarse en madre, no una, sino dos veces, igual, pero diferente. La he visto crecer como mujer incluso para asombro de ella misma, en momentos cuando ambos pensábamos que ya no podía mas, la he visto sencillamente levantarse y seguir, como si nada hubiese pasado. A mi papá en alguna oportunidad le escuche decir: "El llanero es del tamaño del problema que se le presente", esa frase aplica a la perfección para ella, no es llanera, sino Caraqueña, pero aplica igual. 

Es así que ya no son dos, sino tres mujeres por quien dar gracias a Dios, y por quienes escribir en días como este. Y claro, hay mas a quienes no pretendo disminuir ni olvidar, porque en una familia en donde mis dos hermanos, mi papá y yo eramos minoría, nunca nos trataron como tal, sino como iguales, y, mis 5 hermanas y mis dos madres, cada una en su momento, a su manera, a veces en conjunto y a veces por separado, me enseñaron, educaron, cuidaron y por ello siempre me sentiré agradecido, aunque lo diga poco y lo demuestre menos. 

Días como hoy, intento, a mi manera, de hacerles homenaje, y hacerles saber que lo que soy se debe en gran medida a ese cúmulo de aprendizajes que he tomado de ellas, de cada una, con orgullo puedo decir que forman parte de mi, y que siempre agradezco por tenerlas. 

Feliz día de la mujer para todas ellas, para todas las que lean estas líneas y para todos los que se sientan mas o menos dibujados en este escenario.

Gracias por leerme

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